Las gafas de pasta negra no han podido, por sí solas, mantener al entrenador del Club Deportivo Tenerife, Álvaro Cervera, en lo más selecto del ranking de entrenadores hipster que cada año publica la FIFA. El organismo que preside Joseph Blatter considera que el entrenador blanquiazul tiene «unas innegables aptitudes hipster» pero que no las explota adecuadamente, y que se ha acomodado en el look «gafapasta» sin aportar más novedades.
La FIFA sigue con atención las evoluciones estéticas de Cervera desde su etapa en el Recreativo de Huelva. Según el fallo hecho público por este organismo, Cervera «ha centrado el potencial de su look en las gafas y la ropa oscura, descuidando otros aspectos que son fundamentales en el moderno entrenador hipster, como son los gorros o las barbas», todo lo cual desluce el banquillo, que podría tener un aire mucho más melancólico. De igual forma, la FIFA cree que el 4-2-3-1 usado por Cervera es demasiado mainstream, y le anima a idear sistemas de juego menos convencionales y que no estén tan dominados por la cultura de masas. Su actitud en la sala de prensa «carece por completo del postureo que es exigible en esta clasificación», y aunque se le afea no haber apostado por Pirlo o Gareth Bale como justos candidatos al último Balón de Oro, la FIFA se muestra comprensiva con el hecho de que «en Tenerife no hay Starbucks, por lo tanto es más difícil subir a Instagram una foto de un café y una madalena tan caros como hipsters».
El Club Deportivo Tenerife ha lamentado que Cervera ya no figure en un top tan prestigioso, aunque intrascendente desde el punto de vista deportivo, y busca ponerle solución adoptando una serie de medidas como renovar la biblioteca de su iPod, en el que ahora figurarán grupos como Animal Collective o Belle & Sebastian, acudir a todas las jam sessions de La Casa Encendida y departir con el DJ, y obligarle a ver toda la filmografía de Jim Jarmusch y leer a Jack Kerouac. Se pretende así que Cervera transmita, en entrenamientos y alineaciones, una angustia y un hastío vitales y a la vez resabiados ante la sociedad del hiperconsumo. Mientras Cervera se pone al día, se confía en la autogestión de la plantilla para sacar adelante los partidos en los que el entrenador no pueda estar presente por hallarse renovando su fondo de armario.
Esta vez estoy de acuerdo con la FIFA, si Cervera quiere ser un hipster del furbo (que diría Villar) tiene que dejar ese sistema tan manido y optar por un
4-3-3 con falso nueve.
Aridane al banquillo, ni 18 goles, ni hat-trick, ni leches. El equipo debe doblegarse al hipsterismo.