El incendio sufrido en los montes tinerfeños durante el pasado mes de agosto lanzó a una inesperada fama -o, más bien, infamia- a Antonio, apodado el Cenizo, vecino de Güímar que inutilizó un helicóptero de una pedrada. El hecho ha traspasado las fronteras regionales y nacionales y ha llegado a la capital ucraniana, cuyos jefes militares han ofrecido al mago tinerfeño un puesto entre las fuerzas de su defensa antiaérea.
Oleksandr Sekaioy Kataplov, portavoz del alto mando ucraniano, nos explica las razones de esta decisión: “La guerra va para largo y estamos comprobando que el apoyo de nuestros aliados está empezando a flaquear. El interés decae y, como Trump vuelva a la Casa Blanca nos podemos ir despidiendo del arsenal norteamericano. Sin munición y con esos tanques ferrugientos que nos han mandado ustedes no vamos a poder resistir mucho más. Así las cosas, comprenderá usted que tener en nuestras filas a un tipo que puede derribar una aeronave de una pedrada sería una adición invaluable a nuestras fuerzas armadas. Si pudiera enseñar a nuestros reclutas su técnica de lanzamiento de lo que ustedes llaman toniques, compensaríamos nuestra desventaja en el plano aéreo desaparecería y podríamos expulsar a las fuerzas rusas de nuestro territorio.”
En la actualidad, una delegación del ejército ucraniano se encuentra en Tenerife, intentando captar a otras personas con habilidad similar con las piedras, como el Cabrero de la Charca de las Indias o el político Hilario Rodríguez, al que se ha ofrecido un puesto de oficial en el batallón Azov.