Investigadores y estudiosos de la obra del insigne escritor grancanario Benito Pérez Galdós están en pleno desconcierto, tras constatarse la autenticidad de una carta que hasta ahora permanecía en los almacenes de la Biblioteca Nacional y que pertenece a la abundante correspondencia que el autor mantuvo con sus amistades. Esta carta, fechada en marzo de 1873, está encabezada con un «oh, qué pasó, niño» que ha dejado patidifusos a quienes mejor conocer la obra de Galdós, ya que es una expresión coloquial inusual en él. La carta ha sido trasladada a la Facultad de Filología de la Universidad Complutense para un mejor estudio.
Antonio Nuño, filólogo y experto galdosiano, asegura que «este texto nos permite ver un lado juguetón de Pérez Galdós que hasta ahora había permanecido ignoto para el gran público». La carta está dirigida a un amigo de la infancia, identificado como «Paco, Pacuco», y del que hasta ahora no se tenían referencias. No ha sido dado a conocer aún todo el contenido de la carta, pero se sabe que empieza con un «oh, qué pasó, niño. Yo aquí, en el godo», que podría bien ser una respuesta al típico «aquí, en Canarias», una forma amistosa de salutación que ahora podríamos saber es mucho más antigua de lo que se creía.
En esa época, recuerda Nuño, «Galdós acababa de empezar a publicar su obra, y quizás en lo epistolar necesitaba aún más tiempo para pulir su estilo». A fuerza de verle en los billetes de mil pesetas y en el retrato que le pintó Joaquín Sorolla, «hemos incorporado al imaginario popular una imagen adusta del escritor, que ha ocultado que también tenía su lado laja, porque ya se sabe que tú puedes salir de Canarias, pero Canarias no sale de ti», ha añadido Nuño antes de cerrar su inconexa perorata con un «ahul».
Por otra parte, el Instituto Nacional del Meme debate estos días si la imagen que encabeza esta información demuestra que Pérez Galdós fue pionero en España en el facepalm. Los resultados de la discusión se sabrán en unos días.
