La playa de Las Teresitas ha sido siempre lugar de esparcimiento tanto por el día como por la noche. Los amantes chicharreros que hacían uso de los aparcamientos de este enclave costero para desatar su pasión ya no tendrán que ir obligatoriamente al fondo de la playa, por un trazado lleno de baches, para encontrar un lugar en el que desfogarse de forma discreta, ya que el Ayuntamiento ha habilitado en el nuevo aparcamiento, situado donde estuvo el «Mamotreto», una zona dotada de todos los servicios para que funcione como picadero. Máquinas de condones, lubricantes y juguetes sexuales se han ubicado en una de las esquinas para los «Love Parking Spots» que están localizados con corazones pintados en el pavimento y señales verticales en las que se puede ver la silueta entrelazada de una pareja.
Desde el Consistorio señalan que son «perfectos conocedores de los usos de la playa, y en nuestro afán de dar un mejor servicio al ciudadano, hemos dispuesto una zona que colme todas las necesidades de nuestros vecinos y vecinas más fogosos». Un agente de la Policía Local patrullará el perímetro para evitar que mirones y curiosos arruinen la experiencia sexual, si bien desde el Ayuntamiento no se han indicado qué medidas se han tomado para garantizar que el propio agente no sea un mirón.
Los vecinos de San Andrés, no obstante, se muestran disconformes con la medida, si bien admiten que lo están por la mera inercia de ir en contra de las decisiones municipales y reafirmarse en su condición de barrio agraviado, que es parte de su identidad. Algunos residentes apuestan por extender la idea al Suculum, lugar que cuenta con pocos espacios en los que practicar el amor a pesar de su aura indudablemente romántica.
