Emprendedor canario presenta el primer turrón con insulina añadida

A Rumén Fajardo le asaltó la inspiración paseando por un HiperDino a mediados de septiembre. La amplia y temprana selección de turrones ya a disposición de los consumidores, tres meses antes de las fechas navideñas, le hizo pensar en la brusca subida de glucosa asociada a la ingesta de estos productos, por lo que pensó que «sería una idea buenísima», en sus palabras, «que hubiera turrones que incluyeran una especie de antídoto ya en sí mismos». Carecer de formación científica y ser tan solo un repostero aficionado no fueron factores que frenaran a Fajardo, quien sisó varios viales de insulina a su suegra diabética y los inyectó a unos turrones de Jijona, y al probarlos y verlos «buenos de sabor», ha decidido comercializar toda una línea de dulces navideños con insulina añadida.

Este emprendedor razona que «si le das ya la insulina al cuerpo, el páncreas no tiene que hacer ese esfuerzo extra para producirla y puede regular los niveles de glucosa sin esfuerzo»; preguntado por el soporte científico de este argumento, Fajardo responde con envidiable seguridad en sí mismo que «lo que es lógico no necesita peipers, como usted comprenderá». No es de la misma opinión la autoridad encargada de velar por la seguridad alimentaria, quien ha rechazado sin contemplaciones su propuesta de patente. Desde el organismo, informan a El Baifo Ilustrado de que «esto es un disparate de marca mayor y ni siquiera nos parece bien que le den cobertura».

Dado que esta falta de autorización le impide comercializar su producto en puntos oficiales, como tiendas y supermercados, y dado también el carácter indesmayable del propio Fajardo, éste asegura que «me podrán encontrar en las calles de Santa Cruz y La Laguna, con mi cesta, como el que vende rosquetes, y a un precio realmente competitivo podrán adquirir mis primeras especialidades: el de Jijona y el de chocolate». Antes de despedirse, nos pide que no digamos que serán turrones del Mercadona con insulina inyectada para no meterle en problemas ni con Francisco Roig ni con su suegra.

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