¿Conoce usted el body sushi? ¿Le seduce la idea de comer usando como vajilla un cuerpo humano pero no le gusta el pescado crudo? ¿Vive usted en La Palma? Si la respuesta a estas tres preguntas es “de que sí” entonces puede estar de enhorabuena porque desde el pasado día 1 de febrero puede disfrutar de la incomparable experiencia “body parrilling”.
Toño Hernández es un joven palmero al que siempre le ha gustado la cocina oriental y que en un viaje de negocios a la península conoció esta inusual experiencia. De espíritu emprendedor decidió combinar su experiencia como comensal en un body sushi con el gusto del palmero medio por todo lo que sea parrillada, barbacoa y chuletada. El resultado ha sido Body Parrilling “La Pared Vieja”, una empresa de “catering” que permite disfrutar de una grata comida a base de carne en el incomparable marco de la famosa zona de asaderos del monte palmero.
“Recuerdo que cuando estaba en el instituto siempre hacíamos el día de la chuletada por aquí” –nos cuenta Toño mientras hace inventario de las existencias de chorizo parrillero y morcilla dulce- “siempre me gustó y cuando el tiempo y las autoridades lo permiten me vengo aquí con los colegas del club de poesía a jincharnos de buena carne. Así que se me ocurrió llevar la idea aquí en lugar de ofrecerla en un local”.
Una experiencia nueva y riesgosa
Mientras recibe un pedido de chuletones de a quilo Toño nos explica que la “vajilla” empleada incluye personal de ambos sexos. “Aquí no somos machistas y creemos que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de esta experiencia”. La empresa opera sobre todo los fines de semana y ha fletado una vieja guagua “cirila” para llevar al personal al monte, donde les suele esperar un número de dos a cinco grupos. Entre los mismos distribuyen al personal que hará de bandeja sobre las mesas de madera de la zona. Los aspirantes a trabajar en tal función son seleccionados a partir de los aspirantes a Miss y Mister La Palma de los últimos años, buscándose aquellos que tengan unos perímetros superiores para albergar solomillos, chuletas, chistorras y demás.
Aparte del servicio habitual la empresa ofrece otros paquetes donde se combinan la experiencia ya descrita y el placer del riesgo. Como ejemplos principales de estas sugerentes alternativas tenemos “black experience” donde los comensales devoran a oscuras una selección de las mejores morcillas dulces de la región sobre una persona –normalmente varón- de piel negra y “subiendo la montaña” donde se intenta dar buena cuenta de una muestra de chuletones de buey sobre la prominente barriga de un caballero de ciento cincuenta quilos de peso.
Jajjaja,muy bueno,aquí una palmerita, no de chocolate, jejeje,que prefiere la cocina de mamá de toda la vida,jajaja….y que se muere de un infarto por subidón de risas,jajaja…
En serio, gracias a tod@s por hacernos pasar buenos ratos.
Saludos,
M.J.