Justo el día en que se celebra uno de los actos más esperados del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, la gala de elección de la Reina, el presidente de la patronal de la construcción Fepeco, Antonio Plasencia, ha denunciado que el Organismo Autónomo de Fiestas del Ayuntamiento chicharrero vetó a la candidata patrocinada por su entidad, Deyaneris Solita Rius, que iba a lucir la fantasía «Con concretera y hormigón ganaste mi corazón». Desde el Consistorio alegan que la propuesta no fue registrada en tiempo y forma, mientras que desde Fepeco creen que «no interesaba mostrar en la gala esta alegoría al pasado reciente de Canarias».
En una rueda de prensa, el responsable de comunicación de Fepeco Fernando Armado explicó que «nuestra fantasía era rompedora y totalmente innovadora, y tememos que haya habido presiones de los demás diseñadores para no quedar en ridículo». Según relató a los periodistas, el traje consiste en una serie de vigas desnudas «que se van vistiendo con bloques de hormigón recubiertos de lentejuelas conforme la candidata va desfilando, gracias a la diestra intervención de una cuadrilla de obreros sudamericanos sin papeles, que ejecutarán el trabajo en una cuidada coreografía a ritmo de salsa». Por si esto fuera poco, «en cuanto la candidata se da la vuelta, tres pibes que dejaron la ESO a medias para hacerse peones van alicatando la parte trasera del armazón, con azulejos llenos de imaginación y colorido». El tocado de la cabeza, una vistosa grúa rematada con plumas, es la única parte del traje que permanece invariable durante el desfile de la candidata.
Armado considera que «nuestra fantasía era un homenaje sentido y sincero a la construcción, un motor económico que tanta riqueza generó y del que parece que ahora nos avergonzamos, y nos parece lamentable que no podamos ligar este entrañable sector a una fiesta tan enraizada como el Carnaval». Desde Fepeco aseguran que lo volverán a intentar el año que viene, y animan al Ayuntamiento a no tener miedo a la innovación y a permitir los trajes que se vayan construyendo sobre la marcha, «porque en la rapidez con que levantábamos adosados también había belleza, poesía, crédito y Carnaval».