La cita electoral del 9J podría traer inesperados perjuicios a Canarias si un influencer de infausto recuerdo se decide a fundar su propio partido político, a la vista del éxito del partido de Luis Pérez Hernández, el «agitador ultra» que ha obtenido tres escaños con una presencia mediática limitada a las redes sociales. El influencer canario, que formó dúo con otro influencer en una etapa que las Islas creían superada, medita ahora su decisión de cara a las elecciones autonómicas y municipales de 2027.
Antonio Nuño, analista y consultor político de Demoskópica Microskópica, señala que «no sería inteligente menospreciar un partido que fundara este individuo, capaz de atraer el voto de los tabobos, de la gente que se agobia procesando información si un vídeo de Tik Tok dura más de 20 segundos y de la gente que grita todo el rato y termina cada frase con un ‘señores’, lo cual representa un nicho electoral nada desdeñable». A este extenso caladero se suma el de los racistas, si bien Nuño considera que «el votante racista tiene consolidadas opciones por las que decantarse en Canarias».
En las Islas ya se han dado partidos disruptivos al margen del establishment, y Antonio Nuño recuerda el ejemplo del partido de Bolorino y su «Sentido Común», comunicador tinerfeño que concurrió a la alcaldía de Santa Cruz de Tenerife y al Cabildo en 2015: «qué no hubiera logrado este hombre si hubiera contado con un canal de Telegram».
«Rudyistas por Rudy», «Más Bocadillo Chorizo Messi» o «Unión de Centro Influencer Pionero» son algunos de los nombres que, según fuentes del entorno del influencer de infausto recuerdo, se barajan para este hipotético nuevo partido que llenaría de oprobio, y quizás votos, las urnas archipelágicas.
