El alpinista vasco Juanito Oiarzabal tuvo que afrontar una expedición con la que no contaba cuando, en plenas vacaciones en Canarias, tomó el Fred Olsen en Agaete con rumbo a Tenerife. Al entrar en el nuevo trimarán de la compañía Fred Olsen, el Bajamar Express, topó con unas escaleras que forman una pared casi vertical, con una acusada caída entre escalón y escalón, que le obligaron a demostrar sus mejores habilidades como escalador. Gracias a la ayuda de dos sherpas que finalmente resultaron ser tripulantes de la naviera, Oiarzabal pudo coronar las escaleras poco antes de entrar en el puerto de Santa Cruz.
Juanito Oiarzabal basa la dificultad de este ascenso en que «cuando me voy al Everest, sé lo que me voy a encontrar y voy debidamente preparado, con mis piolets, mis crampones, mis arneses, mis cuerdas y en general todas mis vainas de alpinismo, pero aquí estaba relajado y con la guardia baja cuando de repente me tuve que enfrentar a un desafío inesperado, pero bueno, en la vida del alpinista hay que estar mentalizado para los imprevistos del camino». El escalador asegura que vivió momentos de tensión cuando tuvo que ayudar a una señora que estuvo a punto de desprenderse de la cordada que había ido creando para facilitar el ascenso a otros pasajeros, pero «gracias a los sherpas de Fred Olsen pudimos salvar la situación». Tras acampar en el rellano del garaje, Oiarzabal asaltó la cumbre y llegó a la cima de las escaleras justo cuando el barco iniciaba la maniobra de entrada en el puerto de Santa Cruz. El descenso fue relativamente más rápido.
Una vez haya descansado, Oiarzabal no descarta subir hasta el pico del Teide, «a pie y con unas Crocs, que tiene que ser más fácil que lo que ya he vivido en el barco».