El colectivo de gente con más cara que espalda está sufriendo efectos inesperados de la pandemia de Covid-19, ya que, según han denunciado públicamente, apenas encuentra mascarillas de su talla, lo que les obliga a pedir mascarillas extra a amigos, conocidos, familiares y compañeros de trabajo, o pedirle a alguna familiar cercana que se saca un extra como costurera a que les cosa algunas mascarillas a medida, por supuesto sin dar nada a cambio. Esta problemática está afectando a todas las capas de la sociedad, ya que la gente con más cara que espalda se encuentra repartida por todo el espectro social, con especial incidencia en el mundo de la comunicación canaria.
Felo Suárez, en representación del colectivo, asegura a El Baifo Ilustrado que «usted se cree que me gusta ir por ahí pidiendo favores pero la verdad es que no, es muy incómodo esto y a todo al que le pido una mascarilla de más me ofrezco a pagarle un café, lo que pasa es que siempre me pilla sin suelto, ¿usted no tendrá un par de euros ahí?» y añade que «necesitamos mascarillas que se adapten al rostro que tenemos porque queremos contribuir a frenar los contagios y me gustaría poder estar con mi cuñado cuando le pido que me lave el coche mientras yo voy a por unas cervezas, manteniendo siempre la distancia social».
A rebufo de esta dura denuncia, otro colectivo ha querido sumarse a las quejas por las situaciones que se dan ante el uso de las mascarillas. En concreto, la gente con la cara de hormigón armado ha señalado que las mascarillas de tela personalizadas deberían ser gratuitas o al menos cubiertas en parte por la Seguridad Social. Ana Beltrán, en nombre de este grupo, ha indicado que «no es justo que algunos tengamos que ir con mascarillas del Mercadona y otros con unas súper chulas de Star Wars o de Los Vengadores o de lo que sea, se está generando una discriminación y es urgente que el Gobierno haga algo para que todos tengamos acceso a mascarillas personalizadas a bajo coste o incluso gratis».
