Después de un período de relativa calma, justificada por la celebración de los carnavales (en los que la mediadora de la ONU Rita Martín intentó infructuosamente que las repúblicas de la isla hicieran una única gala de elección de la reina como gesto de concordia) el conflicto que enfrenta a norteños y sureños por el dominio de la Graciosa se ha recrudecido, alcanzando dimensiones internacionales o, al menos, interinsulares.
Ofensiva primaveral de la Graciosa del Norte
El pasado miércoles, 5 de marzo, coincidiendo con la celebración del miércoles de ceniza y el inicio de la cuaresma, el XVII regimiento de caballería “Virgen de los Reyes” avanzó desde las posiciones de Agujas Grandes en dirección hacia la montaña del Mojón. Se da la circunstancia de que este regimiento está conformado exclusivamente por soldados y oficiales herreños ataviados con el traje tradicional de danzarín de la bajada. A ritmo de tajaraste y cargados sobre andas, los tanques avanzaron rodeados por una fuerte escolta de bailarines, hasta alcanzar las fortificaciones edificadas por el ejército sureño a lo largo de la línea imaginaría marcada por la montaña del Mojón.
Al parecer, el objetivo de esta ofensiva era conquistar la franja de terreno que separa a ambos contendientes, acercando el conflicto a Caleta de Sebo. El punto elegido eran unos majanos de ametralladoras defendidos por el XIX regimiento de infantería “Virgen de las Nieves”, compuesto exclusivamente por palmeros y, más concretamente, por enanos danzarines de la polca lustral. Después de intercambiar un nutrido fuego, contendientes de uno y otro bando echaron mano de sus sables y se enzarzaron en un duelo colectivo de espada contra espada y tajaraste contra polca, al grito de “¡mi virgen es mejor que la tuya!”. Después de siete horas de bailoteo y espadazo, las tropas norteñas se replegaron, consolidando una posición firme en caleta del Burro.
Implicaciones a nivel interinsular e internacional
Aunque, una vez más, la batalla se ha saldado sin un claro vencedor, el hecho de que hubiera sido librada exclusivamente por tropas de otras islas ha causado honda preocupación entre la comunidad internacional. Especialmente alarmado se ha mostrado un portavoz del Vaticano al comprobar que el conflicto entre las dos Graciosas había tomado un matiz de corte religioso. “A la virgen María me la dejan quieta”, ha dicho un airado cardenal fuera de micrófono.