Las recientes declaraciones del rector Francisco García, en torno a la importancia de tener una titulación universitaria para obtener trabajo, han generado toda una serie de reacciones en las redes sociales, cuyos usuarios han cuestionado la afirmación y criticado en no pocos casos la desconexión entre la oferta formativa y las demandas del mercado. La respuesta institucional no se ha hecho esperar y se ha iniciado una estrategia para renovar grados y posgrados.

El primer paso de esta reforma ha sido la contratación de especialistas en el ámbito formativo que, en esta ocasión, provienen de la fundación “Bosco San Martín”. El director del equipo asesor, Julio Tosco, nos explica las líneas maestras de la estrategia: “Las demandas laborales se conocen a toro pasado, por lo que no queda otra que apostar por las posibles titulaciones que puedan tener más éxito y esperar que todo salga más o menos bien. Por de pronto, nos vamos a centrar en las peticiones tradicionales de la sociedad canaria a la ULL y nos enfocaremos en materias como Ciencias Políticas, Criminología o los dobles grados.”

Entre las primeras propuestas presentadas por los asesores están un grado en Politología Parda y Digodieguismo -pensado para quienes quieran dedicarse a asesorar a políticos que deban cambiar su discurso por mor de los intereses electorales- otro en Criminología en Afane y Siperismo -orientado para quienes tienen que justificar indultos y amnistías- y un doble grado en Derecho y Elasticidad -diseñado para quienes piensan que el papel del BOE lo puede aguantar todo en función de las circunstancias-.

Otras propuestas que están aún en objeto de estudio incluyen un análisis en profundidad del papel de los pedagogos en la docencia universitaria, el cual incluiría su traslado al desierto de Gobi. “En cierto modo” -nos explica don Julio- “es lo que el karma dice que hagamos”.

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