La Virgen de Candelaria ha interpuesto una demanda por despido improcedente ante el Juzgado número 2 de lo Social de Santa Cruz de Tenerife, contra el Colegio de Abogados, tras conocerse que la junta de esta entidad había decidido retirar el patronazgo que la prestigiosa figura religiosa ostentaba hasta la fecha sobre el colectivo de abogados de la Isla. Según ha explicado el letrado que defiende a la Virgen, el afamado Felipe Campos, la Morenita se ha saltado el paso previo de presentar una Papeleta de Conciliación ante el Servicio de Mediación de la Comunidad Autónoma «porque para eso es la Virgen de Candelaria, la más bonita, la más morena, y tiene ganas de resolver esto en los tribunales cuanto antes».
La Virgen candelariera, que aún conserva su empleo como patrona de Canarias, aspira a una indemnización de 45 días por año trabajado, en lugar de los actuales 12 que, según el Colegio, son los que le corresponden con la reforma laboral en la mano. Felipe Campos asegura que «la Virgen lleva dando protección divina a los abogados desde 1738, a base de encadenar contratos temporales, lo cual es un flagrante incumplimiento de la legislación; tenían que haberla hecho fija por lo menos desde 1750». El finiquito y la indemnización que propone el Colegio («que malamente alcanza para llevar el manto a la tintorería dos veces al año», aclara Campos) no reflejan los muchos años de cotización de la Virgen, que incluso ha tenido que figurar como falsa autónoma en varios periodos, a tenor de la información distribuida por su letrado a los medios.
En el Colegio de Abogados han recibido con pena y sorpresa esta noticia, «y no esperábamos este rencor por parte de quien ha sido la patrona tantos años», y el decano Víctor Medina anuncia que pelearán duro para demostrar que el despido se ajusta a Derecho. Por su parte, el Obispado de Tenerife ha declinado hacer declaraciones, «ya que es un asunto que está en los tribunales», aunque un portavoz del propio Obispo ha negado que éste «vaya a gastarse una perra chica en abogados, habiendo tanta hambre en los seminarios».