José Miguel Pérez será estudiado por las universidades canarias. Los expertos creen que, junto con el de la sepia, el método de camuflaje del vicepresidente canario podría ser uno de los más refinados creados por la naturaleza.
«Todo comenzó tras el pacto con Coalición Canaria», afirma Pérez que además asegura no poder usar este don a voluntad, «habíamos debatido en el Parlamento el Proyecto de Presupuestos y cuando llegue a casa mi mujer me aseguró que no me había visto por la tele (a pesar de que yo estaba sentado al lado de Paulino)». ¿Cómo lo logra? Al parecer la conexión neuronal que une los centros motores de su cerebro con su asombroso sentido de la discreción, permiten al político socialista mimetizarse con el medio, estar y no estar. Y lo que es mejor, sobrevivir a sus depredadores.
Naturalmente esta extraña facultad ha dado lugar a numerosas anécdotas, la más llamativa, quizá, la de la Iniciativa Legislativa Popular de Educación. «Sabíamos que José Miguel estaba allí, apoyándola, pero no sabíamos donde», aseguran sus compañeros del PSOE. «Aunque a veces cueste verlo, José Miguel siempre esta ahí.»
