La Asociación Canaria para la Protección del Becario (ACPB), tras una larga investigación, ha concluido que uno de los siete gorilas con los que cuenta el popular Loro Parque es, en realidad, un becario finamente caracterizado. La familia Kiessling, propietaria y gestora del recinto, se ha visto obligada a confirmar este extremo ante las irrefutables pruebas aportadas por la ACPB.
Yolanda Domínguez, presidenta de la Asociación, ha explicado en rueda de prensa que «recibimos un soplo anónimo desde el pingüinario, y nos pusimos a investigar si realmente los siete gorilas de Loro Parque lo son, gracias a un trabajo de campo en el que visitamos el recinto unas veinte veces y compramos otras tantas fotos y gorras que estaban a un precio especial». Domínguez confirma este extremo mostrando una imagen de la luna trasera de su coche completamente cubierta por pegatinas.
Tras insistentes interacciones con los animales desde el exterior de su jaula, el hecho de que el gorila identificado como «Ubongo» les lanzara un papel con el mensaje «traedme un bocadillo de chorizo, por Dios» les hizo sospechar sobre su verdadera condición. Una segunda nota con el texto «hago esto por el alojamiento, las dietas y para hacer currículum» les confirmó que el cacareado gorila no era tal, sino un becario sofisticadamente caracterizado.
La presidenta a la ACPB desveló la identidad del becario, un recién licenciado en Veterinaria que prepara una tesis sobre etología en grandes primates, Benito Padilla; Loro Parque, por su parte, admite y defiende contar con becarios en sus instalaciones para protegerlos de la extinción.
Yolanda Domínguez adelantó que su asociación ya trabaja para comprobar si hay más becarios en el zoológico; mediante una campaña de crowdfunding comprarán abrigos y polares para entrar a saco en el espacio de los pingüinos, «porque podría haber ahí alguna persona muy pequeña con esmoquin sin nadie que vele por sus derechos».