Los canarios, poco impresionados con las comisiones en el Puerto de Granadilla

La aparición de destacados cargos de CC en las grabaciones de la Operación Lezo, que investiga comisiones y sobornos de la empresa OHL en diversas obras públicas, no parece haber tenido un importante impacto en la opinión pública canaria, a pesar de la gravedad de las informaciones que están saliendo a la luz. Según el sociólogo Antonio Nuño, director de la empresa de demoscopia Shadows SL, esto puedo deberse a la saturación que sufren los canarios en lo relativo a temas de corrupción y mala gestión de los recursos públicos.

Nuño explica que «al final, esto es como el que oye llover, lo incorporas como un ruido de fondo y no le prestas atención, ni apenas te percatas de que a tu alrededor están volando ilegalmente fajos de billetes en una obra pública innecesaria, sobredimensionada, cara e inútil; cuando eso es tu pan de cada día, ya no le haces caso». A esto se añade, según el prestigioso sociólogo, el «efecto Zerolo»: «para mucha gente, ver a Zerolo en prisión es como un punto y final de la corrupción, y no es así, eso sigue campando». «Y la de cosas que no sabremos», añade. Además, los presuntos afectados por el entramado de la Operación Lezo son personas que ya han salido de la vida pública, como Luis Suárez Trenor, Julio Bonis o Antonio Castro Cordobez, que «sí, han sido gente relevante, pero ya no están de moda, y en este mundo de tuits y stories de Instagram, tenemos la memoria muy liviana».

Uno de los principales damnificados de esta aparente indiferencia hacia una trama de corrupción potencialmente gigantesca es el periodista David Cuesta, quien señala que «da mucha rabia ir contando un caso de corrupción de tanta panoja y no recibir ese feedback de la gente por calle con antorchas y aclamándote, pero bueno, como periodista infatigable, pues ahí sigo a mi rollo».

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