«Is this the real life? / Is this just fantasy?» es lo que se preguntan con melancolía los militantes de Ciudadanos en Canarias en los últimos días, tras la salida de la exdirigente Teresa Berástegui de la formación naranja para incorporarse de forma inmediata a la viceconsejería de Turismo, en manos de Agrupación Socialista Gomera. Esta inesperada maniobra es un clavo más en el ataúd de este partido en las Islas, lo que está llevando a muchos afiliados a sospechar que Cs en Canarias jamás existió.
Serafín Velasco, militante tinerfeño, señala a El Baifo Ilustrado que «llevo días en un estado de profunda saudade, porque yo estoy seguro de haber sido de los que pegó carteles en varias campañas electorales, con el hermoso rostro de Melisa [Rodríguez] para llevarla en volandas liberales hasta el Congreso, aunque después no la viéramos más, y ahora dudo de mis propios recuerdos, lo veo todo con un filtro de desenfoque, como si lo hubiera soñado o como si mi mente lo hubiera inventado para proteger un recuerdo peor, no lo sé». Velasco asegura sentirse atormentado y huérfano de opciones «porque yo siempre he sido un liberal, tanto en lo político como en clubes swingers, y no sé dónde mirar en este momento».
La misma desazón siente Lali Dorta, la única militante de Cs en El Hierro tras la baja de los otros dos, quien confiesa que lleva dos días intentando entender cómo «la que prohibió pactar con el PSOE y Podemos y dinamitó el partido porque hubo gente que pactó con el PSOE y Podemos ahora se va al Gobierno que llevan, entre otros, el PSOE y Podemos; yo no estoy preparada para asumir esto y prefiero pensar que ha sido todo un sueño y que el partido jamás existió porque, ¿cómo podemos saber si realmente existió? Primero se va Girauta y ahora esto, es demasiado dolor».
El futuro de Ciudadanos en las Islas es incierto de cara al futuro aunque hay sectores críticos internos que abogan por una salida digna basada en disolverse y entregar las armas.