Modifican el ADN del bizcocho de Moya para que absorba más líquidos

Chinea comprueba la absorción en café del bizcocho que estudia al microscopio.
Chinea comprueba la absorción en café del bizcocho que estudia al microscopio.

Demetrio Chinea sufrió la incomprensión de toda la comunidad investigadora de la ULPGC cuando hace veinte años se embarcó en el proyecto de su vida: secuenciar el genoma del bizcocho de Moya y alterar su ADN para incrementar su potencia absorbente hasta límites desconocidos. Tras dos décadas como objeto de chascarrillos, enfrascado en su laboratorio recibiendo fondos europeos sin fiscalizar y suministro gratuito de la fábrica Doramas, Chinea se ha alzado victorioso y ha presentado un bizcocho transgénico capaz de retener mayor cantidad y variedad de líquidos.

Este hallazgo, ante el cual la revista Science ha expresado su absoluto «pasmo», corona la carrera profesional de Chinea, quien ya ha patentado este nuevo bizcocho para empezar a sacarle rentabilidad comercial. El investigador explica que «este super bizcocho absorbe cuatro veces más leche que uno normal, pero también agua, refrescos, jugos naturales y envasados, vino y hasta Clipper». Según los cálculos de Chinea, un paquete de bizcochos modificados genéticamente podría desecar la presa de Las Niñas cuando ésta alcanza el 75% de su capacidad. «Quizás el gobierno de Escocia quiera comprarme algunos para vaciar el lago Ness y comprobar por fin si hay o no monstruo», aventura.

Conseguido este reto, Demetrio Chinea se lanzará en breve a por nuevos desafíos, y ya comienza a trabajar en un mazapán de Tejeda que sea digerible por el cuerpo humano.

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