El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, visitó ayer Tenerife para presidir el Consejo Rector del Instituto de Astrofísica de Canarias y de paso recorrer las instalaciones del Instituto de Biorgánica Antonio González, dependiente de la ULL. Tras una jornada productiva, el ministro se dirigía al aeropuerto Tenerife Sur Reina Sofía cuando su coche fue obligado a desviarse de la autopista por coches oficiales del Cabildo de Tenerife. A resultas de esta inesperada acción, Duque acabó visitando las instalaciones del ITER en Granadilla de Abona.
El presidente del Cabildo insular Carlos Alonso le guió por las instalaciones, destacando aquellas más relevantes, como el super ordenador o la esquina donde tuvieron media hora esperando a Stephen Hawking porque los discursos de las autoridades ante la prensa se alargaron un poco en su última visita. Sin embargo, donde mayor tiempo se detuvo la comitiva fue en el Gran Colisionador de Carlosalonsos, un experimento en el que el Cabildo de Tenerife ha invertido una considerable cantidad de dinero para conocer los intríngulis del origen y en general todos los misterios de la persona de Carlos Alonso.
Ideado a semejanza del acelerador de partículas que el CERN tiene en Ginebra, el Gran Colisionador de Carlosalonsos alberga varias partículas presidenciales, generosamente cedidas por el líder insular, que chocan continuamente en su recorrido con el objetivo de generar la energía necesaria para mover la Isla hacia el futuro, y de paso dar a conocer secretos sobre Carlos Alonso que la Física teórica hasta ahora sólo ha predicho. Los investigadores al cargo de la máquina reciben una generosa subvención, y esperan que en un plazo de dos años el Gran Colisionador permita confirmar la existencia del bosón de Melchior o partícula primigenia del Cabildo de Tenerife. El ministro quedó realmente impresionado por este experimento, y fue liberado de las instalaciones del ITER una vez que se comprometió a buscar más financiación para mantenerlo y ampliarlo.
El Cabildo de Gran Canaria ha reaccionado rápidamente invitando al ministro a visitar la granja propiedad de la Corporación donde se está secuenciando el genoma de Antonio Morales a fin de clonarlo, y de Pedro Quevedo, a fin de hallar alguna explicación sobre su comportamiento.
