Oficiales del V Regimento de Caballería nord-graciosera

Primer choque militar en la guerra de la Graciosa

Después de varios días de maniobras orquestadas en la oscuridad, las fuerzas del norte y del sur han chocado por fin en las llanuras de Montaña Clara. El resultado no ha quedado muy claro, ya que los jefes de gabinete de los respectivos gobiernos se han apresurado a declarar la producción de una aplastante victoria sobre el enemigo. Esta situación es definida por los expertos como “empate de LaTour Bruin” donde todos han querido ser los campeones y se proclaman ganadores.

Oficiales del V Regimento de Caballería nord-graciosera
El coronel Ashok Koothrapali en sus habitaciones del fuerte Eleonor

La isla de Montaña Clara había sido ocupada por fuerzas de la Tercera División Aerotransportada por hidroaviones de la república del norte, como respuesta a la conquista de Alegranza por parte de los sureños. Después de consolidar su dominio sobre los roques del Este y del Oeste, varias brigadas de la división de ingenieros “construcciones Lolo” procedieron a la fortificación de la montaña de La Mariana, donde edificaron el fuerte “Eleonor”. Una vez terminadas las obras el alto mando nord-graciosero envió al Quinto regimiento de caballería “Ganesha”, compuesto por lanceros bengalíes (reclutados entre los voluntarios hindúes de las zonas comerciales de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria).

La medida fue percibida por el Estado Mayor sud-graciosero como el prólogo de un plan para invadir Alegranza, por lo que decidieron tomar la iniciativa y enviar un cuerpo expedicionario compuesto por dos regimientos de infantería de marina y dos banderas del Tercio de Yé de la Legión Conejera que habían participado en la conquista de la isla del faro. La celeridad de la operación impidió que el ejército enviado a Montaña Clara contara con cuerpos de artillería. Además, un desliz provocado por la esposa del capitán del transporte “Volquete” –que había de llevar a las tropas desde Alegranza- en una reunión de comadres tuvo como resultado que el regimiento de lanceros nord-gracioseros esperara el desembarco desplegados en formación de ataque al pie de La Mariana.

Bajo el mando del coronel Ashok Koothrappali –Choco el Koto, para los amigos- la caballería cargó contra los legionarios que se organizaban en la playa de Montaña Clara. Éstos, claramente sorprendidos, respondieron calando bayonetas y lanzándose al ataque, cubiertos por el fuego de las ametralladoras MG 34 de la infantería de marina. Una ráfaga de éstas impactó en un contenedor de bombas de humo que nublaron la visión del escenario de la batalla y provocaron que soldadesca y observadores salieran bastante ahumados del asunto.

Versiones alternativas de la batalla indican que en realidad las fuerzas del sur llegaron en domingo y, al ser éste día de tregua, celebraron con sus conmilitones del norte un asadero conejero, lo que explicaría la extensa humareda.

Mientras todo esto sucede, este humilde reportero seguirá haciendo sus crónicas de guerra desde su oficina de campaña de un sórdido hotel de cinco estrellas en Playa Blanca.

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