Visiblemente iracundo, e incluso violento, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de La Laguna, Santiago Pérez, ha irrumpido en la sede de Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), ubicada en París, exigiendo “que salgan los de ATI”, ya que, según explican sus asesores, está convencido de que militantes de la Agrupación Tinerfeña Independiente maniobran dentro de este órgano consultivo para despojar a La Laguna de su título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Este viaje exprés a la capital francesa surgió de forma inmediata tras conocerse informaciones que apuntarían a que el título está en riesgo debido a unas obras en el casco histórico del municipio. El organismo, que asesora a la UNESCO, considera que ha habido dos intervenciones urbanísticas que no respetan las directrices fijadas para la concesión y mantenimiento del título, en concreto las realizadas en la parcela situada sobre las calles Manuel de Ossuna y Herradores, y el claustro, patios y anexos a la Casa de la Esclavitud y Real Santuario del Santísimo Cristo, con las obras para añadirle un tanatorio. El concejal defendió rápidamente las actuaciones, aludiendo a que las licencias concedidas se ajustan a los criterios requeridos y asegurando que el informe de Icomos carecía de rigor.
No obstante, determinado a saber quién está detrás de esta campaña de descrédito y convencido al mismo tiempo de que es culpa de ATI y CC, Pérez fue directo del Ayuntamiento al aeropuerto y tras un breve periplo con dos escalas, aterrizó en París con lo puesto, incluido el sombrero.
Para los trabajadores de Icomos esta irrupción ha supuesto un susto considerable; una responsable de Comunicación con el pelo corto y rubio fue perseguida a lo largo de varios pasillos al grito de “sé que eres tú, Ana Oramas, no te escaparás”. La intervención del personal de seguridad evitó males mayores y en estos momentos Santiago Pérez está siendo repatriado por la embajada de España en París, en un avión militar y bajo custodia.
Seguro que estaba Ana Ogamas y Guicagdo Melchieur en la poltrona que quiere Santiaguín