«No solo tuve que escoltar de esta guisa al alcalde durante toda la noche del Lunes de Carnaval, sino que hasta tuve que pagarle un par de cubatas y llevarlo a la pela chica a su casa por la moña que se cogió», comenta el agente entre sollozos.
«No solo tuve que escoltar de esta guisa al alcalde durante toda la noche del Lunes de Carnaval, sino que hasta tuve que pagarle un par de cubatas y llevarlo a la pela chica a su casa por la moña que se cogió», comenta el agente entre sollozos.