Según un reciente estudio, al menos siete de cada diez padres que llevan tatuados los nombres de sus hijos lo hacen para no olvidar cómo se escriben los nombres que inventaron para ellos. No se ha podido determinar los motivos de los otros tres.
Según un reciente estudio, al menos siete de cada diez padres que llevan tatuados los nombres de sus hijos lo hacen para no olvidar cómo se escriben los nombres que inventaron para ellos. No se ha podido determinar los motivos de los otros tres.