Un partido de fútbol alevín sin incidentes levanta las sospechas de la Federación

Sucedió el pasado domingo. Se enfrentaban los equipos alevines de la Unión Deportiva Chiguargüe y del Atlético San Borondón, encuadrados en el grupo IV de la primera división regional de fútbol alevín de la provincia tinerfeña.
Las gradas del renovado estadio municipal Eufrasio Machado presentaban una buena entrada y el partido se presumía tenso habida cuenta de lo mucho que se jugaban ambos equipos, sin embargo, cuando se escuchó el pitido final pasados cuatro minutos del tiempo reglamentario, el árbitro no observó ninguna anomalía, ni en la grada ni en el campo, y más cuando algunos padres saltaron al césped para abrazar a sus hijos y felicitar a los rivales.

Ante el asombro del equipo arbitral y de un delegado de la propia federación, que asistía casualmente al encuentro, durante el partido no se llegaron a proferir los insultos y menosprecios habituales que, desde la grada, tienen como objetivo a los jueces de la contienda. Tampoco los asistentes, bulliciosos durante los noventa y cuatro minutos que duró el choque, se encararon ni con los rivales ni con sus progenitores, algo que el propio colegiado del encuentro, Anselmo Fletudo, se encargó de recoger en el acta y que ha servido como prueba para la apertura de una investigación por parte de la Federación Provincial.

Asistentes al encuentro aplauden sospechosamente al trío arbritral.
Asistentes al encuentro aplauden sospechosamente al trío arbritral.

Ninguno de los representantes de los clubs implicados han querido hacer declaraciones a nuestro redactor de deportes, limitándose a declinar la invitación a expresar su opinión sobre lo sucedido hasta que no se pronuncie el comité federativo que está estudiando el caso.

Testigos del encuentro, contactados por este reportero de El Baifo Ilustrado, nos aseguran que todos los jugadores estrecharon la mano  y felicitaron a compañeros y rivales mientras, al menos, una veintena de asistentes, entre padres y aficionados, accedían al terreno de juego para abrazar a los jugadores y estrechar las manos del equipo arbitral cuando curiosamente ya se disponía a correr hacia vestuarios por la zona habilitada en esos casos para escapadas en caso de intento de agresión.

Desde la Federación nos han remitido a las conclusiones que se harán públicas antes de 30 días, y que podrían acarrear una sanción al equipo local por comportamiento atípico en su estadio.

 

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