Eufrasio García, vecino del barrio icodense de El Amparo de 67 años, lleva tres esperando a su cuñado en la bajadita, en concreto en una pista de tierra que conecta dos caseríos de la zona alta del municipio, para ajustar unas cuentas procedentes de unas rencillas que, tras haber discurrido tanto tiempo, ni siquiera el propio Eufrasio recuerda.
Este hombre, dedicado a la agricultura y la ganadería durante toda su vida, señala a El Baifo Ilustrado que «me parece que todo esto vino porque el hermano de mi mujer, que es muy poco cumplidor, me dijo que me iba a traer dos sacos de papas bonitas de su huerta, y me trajo uno, medio bichado, y cuando se lo dije me empezó a decir que si yo nunca le regalaba nada a él, que para qué tanto quejarme, y ya le dio por sacar trapos sucios, total que se nos calentó la boca a fuerza de reproches y yo le dije ‘en la bajadita te espero’, y en la primera bajadita que encontré cuando salí de casa me senté a esperarle». De eso han pasado ya tres años, y Eufrasio sigue firme en la bajadita sin que su cuñado se haya acercado por la zona, ni tenga intención de hacerlo. El hombre ha subsistido a base de los bocadillos y las viandas que a diario le acercan su mujer e hijos, y duerme en una espaciosa tienda de campaña de Decathlon que le ha montado su nieto, el mayor, estudiante de Derecho pero aficionado a la naturaleza.
La esposa de Eufrasio, Mari Carmen Quintero, es quien peor lo está pasando en esta encrucijada familiar. «Yo lo llevo mal, porque uno es mi marido y el otro es mi hermano, y no quiero que se junten en la bajadita porque se puede armar, que Eufrasio es muy obstinado, y muy tonto también». Y a continuación nos narra cómo su marido tuvo que ser ingresado en 2007 en el Hospital Universitario a causa de un cuadro de desnutrición, tras decirle Mari Carmen «llévate de eso y no comas» cuando Eufrasio le aseguró que uno de los vecinos del pueblo le pagaría unas deudas de juego que había contraído con él «porque era un hombre serio que nunca dejaba a deber en la venta».
No obstante lo anómalo de sus circunstancias, Eufrasio no parece especialmente infeliz en la bajadita, y de hecho nos asegura que «de aquí no me muevo hasta que no venga mi cuñado; de todos modos, seguro que esto se anima dentro de poco, porque me han dicho que el Congreso del PSOE está al caer y ya verás cómo la bajadita se llena de gente». Por su parte, el Ayuntamiento de Icod de los Vinos estudia la posibilidad de ponerle a la pista de tierra el nombre de Eufrasio, para «honrar a quien más tiempo lleva sintiendo esta tierra icodense».
Por su parte, el cuñado ha declinado hablar con este medio informativo, pero muy amablemente nos ha ofrecido unas papas bichadas.