Un ciudadano canario, que por razones de seguridad prefiere no dar su verdadero nombre y ha pedido que nos refiramos a él como «Maikelnái», pudo introducirse hace dos días en la selecta y muy custodiada reunión del llamado «Club Bilderberg», gracias a la pegatina del popular parque acuático Siam Park que lucía en su roulotte, con la que recorría, junto a su mujer y sus dos hijos, el sureste de Inglaterra.
Según relata «Maikelnái», al pasar por delante de un hotel en la ciudad de Watford, región de Hertfordshire, «unos tipos de traje negro y pinganillo nos hicieron señales para que paráramos la caravana, la inspeccionaron y luego nos abrieron la puerta para que entráramos en el recinto; parecía todo muy de fiar y nos metimos». A partir de ahí, como explica este ciudadano, durante varios días recibieron una atención de lujo totalmente gratuita, «que se agradece, porque la roulotte está bien, pero como un buen bañito no hay nada». Fueron invitados a diversas reuniones, de las que Maikelnái desconfió inicialmente «por si acaso fueran a vendernos algo, tanta amabilidad no es normal».
Este padre de familia canario desconocía por completo la existencia y fines del llamado «Club Bilderberg», y ha sido tras su salida del hotel cuando ha recopilado información sobre el mismo y ha dado con la clave de su misteriosa incorporación a tan selecto círculo. En sus propias palabras: «tiene que haber sido por la pegatina del Siam Park, para mí que han debido pensar que soy un asiático embostado o algo; entre el dragón, que no paraban de mirarlo, y que mi abuelo era coreano y yo tengo los ojos así como achinaditos. Además, no dejaban de hablarme de la bolsa de Japón y unas historias rarísimas para hundirla o levantarla según los resultados de los partidos de la Champions».
El «Club Bilderberg» es una reunión anual de personalidades del mundo de la política, la economía y las finanzas, una especie de foro informal del más alto nivel al que se accede por estricta invitación y cuyas conversaciones no se divulgan. Para muchos, son los verdaderos poderes los que se reúnen, con el objetivo de fijar, mediante oscuras conspiraciones, el futuro del mundo y de la Humanidad; esta reunión ha dado pie a diferentes teorías conspiranoicas.
«Maikelnái» asegura que repetiría la experiencia encantado, para volver a coincidir con los principales financieros y poderes en la sombra que manejan el mundo. Se mostró asombrado, no obstante, «de no ver por allí a Paulino, ni siquiera a José Carlos Mauricio o a Olarte».
