El pasado mes de abril, el edil de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Santa Cruz, Dámaso Arteaga, informó en rueda de prensa de que la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias ha modificado de oficio la autorización otorgada al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, permitiendo el vertido al mar de aguas residuales urbanas pretratadas, procedentes de la estación de Los Llanos, a través de una conducción de vertido en Cabo Llanos-Puerto de La Hondura. Con esta decisión, asegura ahora un estudio elaborado por la ULL, ya son más las zonas de baño aptas para las ratas que para las personas en el litoral de la capital tinerfeña, como informábamos en el último número de El Baifo Magacine.
Eugenio Matorral, coordinador del estudio y profesor de Urbanismo Sostenible en la Universidad lagunera, ha hecho un estudio pormenorizado de la costa santacrucera y señala que «al tratarse de una costa muy degradada, las ratas y los roedores en general disfrutan de un entorno apto para el baño en casi todas las zonas del litoral, una circunstancia que no se da en el resto de la Isla, salvo casos puntuales». En este sentido, Santa Cruz es puntera en infraestructuras de ocio para ratas, ya que cabe recordar también el estado ruinoso del Toscal o de la plaza de toros en pleno centro.
Este investigador propone potenciar el turismo de ratas en la capital, «ofreciendo una cartera de servicios específico para roedores». Así por ejemplo, la óptima pésima calidad de las zonas de baño podría indicarse con una bandera canela que oriente a las ratas que quieran darse un chapuzón. «Y puestos a urbanizar Las Teresitas», añade, «hagámoslo con un edificio directamente cochambroso en el que las ratas se encuentren a sus anchas; en ese sentido creo que con el Mamotreto hay mucho adelantado ya y no soy partidario de su derribo».
Bienísimo Maruca miniña, la intención era una noticia de coña pero como siempre la realidad supera la ficción…