El activismo social se ha convertido en una constante de este siglo: personas y colectivos de todo el mundo salen a protestar ante situación que se consideran injustas y es en el mundo occidental donde esta acción ha encontrado hondo predicamento.
Canarias no ha sido la excepción y hoy queremos destacar la figura de Goyo Suárez, un joven conejero que se define a sí mismo como activista profesional. No hay causa lo suficientemente grande como para que él no se implique y sus perfiles en redes sociales están llenos de mensajes de apoyo a todo tipo de causas, pero esta vez ha decidido dar un paso más y organizar su propia iniciativa: una flotilla solidaria.
El señor Suárez nos explica las razones de su decisión desde su chalé en el barrio yaicero de Barranco del Agua: “Desde un principio he querido estar presente y hacerme visible en la causa de Gaza. Quise enrolarme en la iniciativa de las compañeras Greta Thunberg y Ada Colau, pero no me admitieron porque decían que yo tenía exceso de protagonismo. Una amiga de Teguise tenía la idea de organizar viajes a la zona para ayudar directamente y plantar cara al ejército israelí, pero yo no creo que eso tenga realmente utilidad. Yo soy partidario de hacer protestas como las que se vieron en Bilbao, donde la gente salía con un fervor y una convicción propios de quien hubiera hecho lo mismo si esta masacre selectiva se produjera en la propia ciudad. De repente, me di cuenta de que había otras causas como la gazatí que no estaban en los medios y ahí lo vi claro: una flotilla solidaria para ellas”.
El activista nos indica a continuación cuáles son los destinos de esa escuadra por la paz: los primeros lugares a visitar serán Uagadugú, capital de Burkina Faso, para protestar contra la ley homófoba recientemente aprobada por el parlamento del país; a continuación se dirigirán hasta la región turquestánica de Sinkiang, para llamar la atención sobre la situación del pueblo uigur y finalmente seguirán una ruta en línea recta hasta Naypidó, la actual capital de Myanmar, donde protestarán por la situación de la comunidad rohinyá.
Preguntado acerca de la posibilidad de incluir otros destinos como Ucrania o el Sahara Occidental, el activista dijo respecto de lo primero que “era complicado” y en cuanto a lo segundo manifestó repetidamente no saber de qué le estábamos hablando.