La tercera derrota consecutiva del CD Tenerife, acaecida el pasado sábado en el estadio del Mallorca, ha animado a un grupo de aficionados a asfaltar la popular «charca» de la plaza de España, lugar donde se esperaba realizar las celebraciones deportivas que pudieran darse en el futuro. El decepcionante inicio de temporada del representativo insular, sólo 3 puntos de 12 posibles, ha sido el detonante para que este grupo de tinerfeñistas decida convertir el lago artificial en «un espacio para el disfrute de la ciudadanía».
Ramón Gómez, que asume la portavocía de este colectivo, señala que «tenemos el lago aquí porque es un buen sitio para celebrar los éxitos deportivos, pero hay que asumir la realidad: entre la covid-19 y el estado del equipo, poco vamos a celebrar de aquí a corto, medio y largo plazo, y es mejor que este espacio revierta a la ciudadanía; nosotros le ponemos la capa de piche y ya si eso que el Ayuntamiento luego ponga unos bancos o unos columpios para los chiquillos». Gómez sí pide que por lo menos una placa recuerde que «aquí alguna vez celebramos algo, el Mundial más que sea». Preguntado sobre el taponamiento del chorro central del lago que sería consecuencia de la operación de asfaltado, este lacónico aficionado se encoge de hombros y manifiesta que «yo de eso no sé nada, que le pregunten a los ingenieros», sin especificar a cuáles.
Rayco Padrón Orense, historiador del CD Tenerife y experto anecdotista, censura la actitud derrotista de la afición: «sólo llevamos cuatro jornadas, no podemos estar decepcionados ya, tenemos toda una Liga por delante para desesperarnos, maldecir y gritar ‘Concepción dimisión’ por la calle». Al hilo de esto, Padrón Orense asegura que «de hecho, ‘Concepción dimisión’ se está extendiendo como saludo entre los aficionados ahora que debemos guardar la distancia social, un poco como el Valar Morghoulis de Juego de Tronos».
Fuentes cercanas al grupo de aficionados que trabaja en tapiar «la charca» han aseverado que el asfalto ha sido adquirido a una empresa propiedad del mismo Miguel Concepción y facturado a la Fundación del CD Tenerife, si bien este extremo aún no ha podido ser confirmado.