El debate en torno a la presencia u ocultación de los dos lienzos de Manuel González Méndez que presiden la sala de plenos del Parlamento de Canarias continúa su curso, después de que el informe de la Real Academia de Bellas Artes “San Miguel Arcángel” indicara que no se pueden separar del lugar en el que se encuentran. Fieles a nuestro compromiso con la sociedad canaria, desde este medio hemos decidido tomar la temperatura a esta controversia, hablando con algunas de las personas que forman parte del legislativo regional.
Empezamos con Mario Cabrera –Coalición Canaria-, que presentó en la mesa del Parlamento el posible traslado de los cuadros. Ante la imposibilidad de esta petición, ha planteado ahora que durante los plenos se cubran con paneles o lienzos decorados con imágenes de Peppa Pig, Dora la Exploradora o Pocoyó. “Todo sea por evitar estrés innecesario a sus señorías”, añadió mientras afilaba sus creyones de colores.
Seguimos con Noemí Santana –Podemos- que afirmó que había que cubrirlos por reflejar una parte triste de la historia de Canarias, mientras se abrochaba el babi parlamentario de color morado. Cuando se le preguntó acerca de la máxima de que el pueblo que ocultaba y olvidaba su historia estaba condenado a repetirla, manifestó haberse olvidado el cuaderno de los deberes y marchó precipitadamente sin responder a la pregunta.
Pasamos a Iñaki Lavandera –PSOE- que dijo que votaría a favor del cubrimiento de los lienzos, pese a considerar que de la ignorancia no salía nada bueno. Mientras exponía estos pensamientos, dudaba entre jugar con la plastilina de su amiga Susanita, los cochitos de su amigo Pedrito o los boliches de su amigo Pachito.
Por último, llegan conjuntamente Román Rodríguez –Nueva Canarias- y Cristina Tavío –PP- que reiteraron, el uno que aquel lugar no era el más adecuado para aquellos cuadros y la otra que su presencia reafirmaba su canariedad, para luego continuar jugando a guanches y castellanos (una versión propia del clásico vaqueros e indios).
Mientras esta agria polémica continúa, la Mesa del Parlamento ha anunciado la instalación de una habitación anti-estrés para que sus señorías puedan recuperarse de las discusiones sobre este asunto y de la visión de los lienzos. Habrá peluches para abrazar, tizas de colores para dibujar y un par de futones en los que hacer la siesta.
Terminada nuestra labor, nos retiramos de la sede del legislativo canario esquivando a Lorenzo Olarte –que quería explicarnos su última teoría en torno a las imágenes de los cuadros- y conscientes de la importancia que este debate tiene para sus señorías.