El debate en las islas en torno a la actividad turística está generando diversas propuestas e iniciativas, entre las cuales ha llamado particularmente la atención la que propone la asociación radicada en Gran Canaria “Sostenidos por la sostenibilidad” de crear un registro en el que la ciudadanía insular manifieste su compromiso de renunciar a viajar y auto-vetarse -según sus palabras- como turistas.
Esta entidad se dio a conocer hace unos años con otra novedosa propuesta de viajar con impacto mínimo, Interpieses y ahora da un paso más en su filosofía, según su portavoz, Domingo Lucas.
El señor Lucas nos atiende en una entrevista exclusiva para explicarnos las razones de esta nueva iniciativa: “Llevamos dos manifestaciones en las que se han mezclado varios mensajes distintos, todos con el común denominador del replanteamiento del turismo. Se habla de que las islas están tensionadas, que el turista consume recursos y que no cabe nadie más. Sin embargo, si se analizan los apoyos a estas afirmaciones en redes sociales, veremos que hay mucha, pero muchísima gente que publica fotos y vídeos de sus viajes por el mundo. La contradicción es tan evidente que resta valor a las reclamaciones, por lo que creemos que hay que ir más allá: si no quieres turismo no puedes ser turista. Punto.”
Según la propuesta de Sostenidos por la sostenibilidad, quien se inscriba en este registro manifiesta su renuncia total a los viajes turísticos. Las vacaciones serán siempre de proximidad y, si puede ser sin salir de la puerta de la vivienda, mejor, aunque se admiten fórmulas armoniosas con los ODS como, casualmente, las que propone la asociación.
Esta iniciativa ha vuelto a contar con el apoyo de destacados nombres de la “gente guapa” de las islas, entre los que vuelve a destacar el de la aristócrata Cuca Grande, que nos expone su opinión durante la manifestación del 20-O: “Esta iniciativa me parece aún mejor que la de Interpieses. El turismo solamente se ha convertido en un problema cuando se ha convertido en algo masivo, como consecuencia de concesiones como las vacaciones pagadas. Antes viajar era cosa de glamur. El Queen Mary, el Orient Express… eso no puede estar a la altura de todo el mundo. Quien quiera ser turista que pague la huella de carbono, como hago yo cuando uso mi jet privado” -concluyó, mientras pedía a su mayordomo que sujetara mejor la sombrilla para que no le diera el solajero.