VOX en su laberinto.

Dirigente canario de VOX entra en crisis existencial

La masacre de Gaza y la huida hacia delante de Benjamín Netanyahu ha generado una tromba de reacciones en todo el mundo, no siendo España y más concretamente Canarias una excepción. Voces de todos los ámbitos se han alzado para pedir al gobierno israelí que cesen los bombardeos y los ataques a la población gazatí, pero ni siquiera esta tragedia se ha sustraído a las discusiones de barra de tugurio en las que día sí día también se enzarzan nuestros representantes políticos, donde cada cual ha intentado arrimar el ascua palestina a la sardina particular. En medio de este constante y cansino cruce de diatribas, no han pasado desapercibidas las contradicciones de personas y partidos, algunas de las cuales han derivado en crisis existenciales.

Es el caso de un destacado militante de VOX en Canarias, cuyo nombre no publicaremos por petición del interesado-a-e… (no, esto último no) y porque en la práctica nadie sabe quiénes representan las siglas verdes en las islas. Miembro de una familia de tradición conservadora, recibió una formación en la que constantemente se le había advertido contra los judíos y sus peligros. “Mi abuelo era camisa vieja” -nos explica- “tan vieja como todos los que llegaron a la Falange después de que el Caudillo despachara a Manuel Hedilla. Mi padre estuvo en Fuerza Nueva porque, al igual que Blas Piñar, consideraba que Fraga era un comunista. Los dos me hablaron del contubernio judeo-masónico y de sus perversas maniobras financiadas por el oro de Moscú. Ahora me dicen que tengo que ponerme del lado de Israel y me siento muy confundido” -dijo antes de caer presa de una profunda depresión, al descubrir que no es lo mismo ser judío que ser israelita que ser sionista y que había protestas por parte del pueblo israelí contra su propio gobierno.

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