El nombre de José Manuel Villarejo lleva vinculado a las investigaciones y los escándalos más sonados desde hace tres décadas. Ahora, mientras permanece recluido en la prisión de Estremera, vuelve a estar de actualidad por las grabaciones realizadas a la hoy ministra de Justicia, entonces fiscal, Dolores Delgado, y al juez Baltasar Garzón en el transcurso de una cena privada. La repercusión ha llevado a varios miembros del grupo folklórico Los Sabandeños a identificar a este hombre como un integrante, si bien fugaz, de la banda, en la que presuntamente estuvo infiltrado durante seis meses en el año 2008.
Amparado, según parece, en el hecho de que dos de cada tres sabandeños no se conocen entre sí, Villarejo estuvo todo ese tiempo tocando el cuatro venezolano con discreción y modesto acierto, acompañando al grupo en la grabación del disco «Lo que da la parra», según se especula para averiguar qué es lo que da la parra y adjuntarlo a su dossier privado sobre la agrupación musical isleña. También se cree que pudo refugiarse en el folklore canario para desaparecer del mapa tras algún asunto turbio en Madrid. «Era un señor callado, pero daba la talla tocando el cuatro y aquí somos gente de ir de parranda pero no metiéndonos en la vida de nadie», señalan allegados a la formación musical.
Otras fuentes cercanas a Los Sabandeños que prefieren mantenerse en el anonimato muestran su preocupación, «porque si nos ha grabado en las comidas cuando ya íbamos con una cuarta vino, estamos apañados», en referencia a las célebres e hilarantes imitaciones de Elfidio Alonso de diferentes personajes de la vida política del Archipiélago.
Estas mismas fuentes creen que es muy probable que Villarejo sea invitado a participar en el próximo disco de recopilación, «porque cuando uno es sabandeño, lo es para toda la vida, con independencia de que pertenezca o no a las cloacas del Estado».