La reciente ola de actos vandálicos contra obras de arte que se ha extendido por todo el mundo y parte del extranjero ha disparado las alarmas en las distintas administraciones responsables. La posibilidad de que los bienes culturales que albergan los museos canarios sean objeto de ataques de esta catadura ha movilizado al Gobierno de Canarias que, a través de su Dirección General de Patrimonio Cultural ha diseñado un plan de actuación que se aplicará en todas las instituciones que componen la Red Canaria de Museos.
Según informaciones a las que ha tenido acceso en exclusiva este medio, la primera medida pasará por la adquisición de todo el excedente de tomates a los agricultores canarios. De esta forma, se evitará que, como todos los años, varias toneladas de esta verdura que, en realidad, es una fruta. Este resto de la cosecha se distribuirá entre todos los museos de la Red, con el fin de ser repartidos entre la audiencia para que practiquen el tiro al blanco con los protestones, una vez se hayan pegado a alguna parte del mobiliario. Para evitar que algún visitante despistado yerre el tiro, las obras se cubrirán automáticamente con una mampara de metacrilato y, a continuación, una señal sonora al estilo de las de las ferias de los cochitos chocones anunciará que puede procederse al tiro al tonto, perdón, al blanco.
Por su parte, Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud ha presentado el proyecto Temuyín, dedicado a garantizar una paguita a quienes cometan estos actos. Según sus responsables, la mayor parte se irá en pagar las indemnizaciones por los daños que generen con sus acciones, pero menos da una piedra o, en este caso, un tomate.