Dos seres unidos por la falta de nariz.

El Muñeco de Nieve promociona la autobiografía de Isabel Preysler

En fechas recientes las redes se llenaron de imágenes que mostraban cómo la popular escultura de la rotonda de los Majuelos había perdido su nariz. Sin embargo, lo que no es tan conocido es que esta mutilación obedecía a una campaña promocional: publicitar las memorias de Isabel Preysler.

Esta sorprendente noticia ha llegado a nuestra redacción a través de Iballa López, agente literaria y publicista que propuso esta original estrategia: “Yo me crie en ese barrio y siempre me pregunté que a quién se le había ocurrido la idea de plantificar allí una escultura semejante. Con los años me enteré de que había costado una pasta y que las rotondas servían para algo más que para colocar monumentos, pero tengo que reconocer que la obra se ha convertido en un referente. ¿Por qué? No lo sé, pero cuando dices que eres de donde el Muñeco de Nieve todo el mundo sabe dónde ubicarte. Lo mismo que con Isabel Preysler.”

Intrigados por esta última afirmación, la señora López nos explica sus razones, que son también las de la campaña: “¿Por qué es famosa Isabel Presyler? ¿Por qué ha sido la imagen de productos tan dispares como una empresa de cerámicas y una marca de bombones? Tampoco lo sabemos, pero como el Muñeco de Nieve, ahí está, década tras década. Hay quienes dirán que es porque ha sido sucesivamente la esposa de un cantante de éxito, un noble de rancio abolengo y un político que cambio el rojo ideológico por el verde billete, así como pareja de un escritor galardonado con el Nobel. Sin embargo, pese que hay muchos otros ejemplos de emparejamiento, ninguno ha conseguido mantenerse fuera de las relaciones. Eso por sí solo no era suficiente, pero luego estuvo lo de la nariz.”

Antes de que formulemos cuestión sobre este último punto, doña Iballa nos explica las razones de esa críptica mención: “Cuando leí el primer borrador de la obra, me llamo la atención un capítulo en el que la señora Preysler cuenta un episodio que da bastante grima: el momento en el que se le desmoronó la nariz durante una cirugía. Repasé ese pasaje varias veces y luego recordé que lo primero que suelen perder los muñecos de nieve son los complementos, empezando por el de la nariz. Ahí encajaron todas las piezas. Hicimos las gestiones oportunas y, finalmente, la escultura perdió sus napias en el momento en el que el libro veía la luz.”

La campaña terminará con la visita de la señora Preysler a Tenerife y su presencia en el acto de reinstalación de las narices en la redonda faz del Muñeco de Nieve.

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