Yeray R. R. permanece ingresado en el Hospital de La Candelaria desde ayer por la mañana, momento en el que fue encontrado por los servicios de emergencia aparentemente dormido en un portal de la calle San José, en Santa Cruz de Tenerife. Tras intentar reanimarlo, los sanitarios pudieron constatar que se hallaba en estado de coma y determinar que la causa del mismo fue la ingesta masiva de alcohol y platos de la tierra.
Su grupo de amigos, que en torno a la medianoche anterior había denunciado la desaparición de Yeray, confirmó al 112 que el joven llevaba de fiesta desde el domingo pasado, cuando acudió a Tegueste para celebrar la afamada romería en honor a San Marcos. Carlos M. S., un amigo de confianza, relata que «nos había comentado que iba a empatar las dos cosas y le dijimos que estaba loco, intentamos que al menos durmiera un par de horas el día 1, pero nada, no hubo forma». Así pues, según la reconstrucción de estas frenéticas 48 horas, Yeray fue el último romero en salir de Tegueste, guitarra en mano, y para mantenerse despierto no sólo consumió estupefacientes, sino que se unió, de nuevo guitarra en mano, a las manifestaciones del 1 de mayo, para hacer tiempo.
Según testigos presenciales que le vieron llegar el primero al recinto del Baile de Magos, su estado ya era lamentable al mediodía del martes, después de haber pasado la mañana viendo las cruces en la Rambla. Yeray se tambaleaba y confundía isas con seguidillas en su guitarra. A última hora de la tarde, sus amigos llegaron a la mesa que habían reservado, para encontrarse con que el joven ya había ido picoteando de otras mesas; «lo último que supimos de él es que iba a echar una meadita», recuerda Carlos S. M.. «Creemos que esa mezcla de papas con costillas, vino peleón y folklore durante 48 horas es lo que ha podido dejarle en el estado en el que se encuentra», asegura el médico que supervisa a Yeray.
Sus amigos se hallan profundamente afectados pero conservan la esperanza de que este joven amante de las tradiciones despierte y esté en plena forma de cara a la ineludible cita con la romería de San Benito.