La Asociación de Vecinos “La Lomada Chica”, de Tejina, en desacuerdo con el Príncipe de Asturias de las Artes 2012

La concesión al arquitecto Rafael Moneo del Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2012 no ha estado exenta de polémica. La Asociación de Vecinos “La Lomada Chica”, radicada en el núcleo lagunero de Tejina, ha expresado su enérgica disconformidad ante esta decisión, ya que desde esta entidad se había promovido, en solitario aunque con admirable tesón, la candidatura póstuma de su ilustre vecino, el humorista Lolo el Gomero.

Pocas horas después de conocerse el fallo, la AVV remitió un comunicado a los medios, lamentando que “el jurado se haya dejado deslumbrar por los méritos de un gran arquitecto, pero no haya tenido corazón para ver al auténtico artista que latía en Lolo el Gomero”. Añaden que “sembraba de arte los escenarios que pisaba, con su copazo de vino, su puro racial y sus chistes mil veces escuchados pero siempre novedosos en su apasionada interpretación del humor de la tierra”.

Fermina Domínguez, presidenta accidental de la Asociación en ausencia de su titular, declaró para El Baifo Ilustrado que “no, si contra Rafael Moneo no tenemos nada, y yo soy la primera que está de acuerdo con el jurado cuando dice que su obra enriquece los espacios urbanos con una arquitectura serena y  pulcra, yo creo que eso lo ve todo el mundo, pero lo que nos parece una injusticia es que se haya dejado pasar la ocasión de recordar a Lolo, porque ese señor puede hacer más edificios, pero Lolo está en la memoria de todos nosotros”. Añade con sorna que “al menos no se lo han dado a Calatrava otra vez, que menuda indignación sería, porque a Lolo nunca le dejaron actuar en el Auditorio”.

“La Lomada Chica”, sin embargo, no se detendrá aquí, y ya recaba información para respaldar la candidatura del singular humorista al Nobel de la Paz, “porque ya se sabe que donde hay risas no hay ganas de matarse, y ni qué poco bien les iría por ejemplo en el Oriente Medio con un par de Lolos que les hicieran ver la vida de otra manera, aunque allí se llamasen ‘Abdul el Damasquino’ o ‘Seth el de Ashkelon’, eso daría igual”, asegura Fermina Domínguez mientras nos enseña su colección de cassettes autografiadas.