Las medidas anunciadas por el Gobierno para el retorno a la actividad en los juzgados han generado una polémica en la que cada uno de los agentes implicados en la prestación de este servicio ha dado su opinión. Sin embargo, fieles a nuestra vocación informativa, desde este medio hemos querido enfocar esta controversia desde un punto de vista que ha pasado desapercibido: la vestimenta.
Una de las medidas que se ha anunciado es la de la posibilidad de celebrar juicios sin togas, algo que ha sido calificado de revolucionario desde algunos medios de comunicación. Nosotros hemos querido hablar directamente con los implicados y lo hemos hecho con tres letrados del colegio de Tenerife, a los que hemos pedido una reflexión sobre esta reforma judicial indumentaria.
Empezamos hablando con Jonay Ríos, miembro de la actual directa del colegio, el cual manifiesta su predisposición a afrontar el cambio: “mire usted, señor Gunnarson: mis barbas y mi melena me convierten en un abogado bastante atípico, en el sentido de estar separado de la imagen que, tradicionalmente, se ha tenido de mi profesión. Sin embargo, no se debe juzgar el libro por la cubierta y nunca mejor dicho, ya que hablamos de juicios. Creo que este es un buen momento para abandonar la rigidez formal y abrazar un aspecto que sea más acorde con cada uno. Sin ir más lejos, yo querría ir con la melena al viento, como Thor o con unas gafas de cristal rojo, como Cíclope. No, no voy a ir de Matt Murdock, que ese chiste ya está muy visto.”
Más conservador se manifiesta Juanan Armas, un veterano abogado que comparte con el anterior ciertos gustos de ocio: “Creo que debemos adaptarnos a los tiempos y, en estas circunstancias, asumir ciertos cambios que, quizá, puedan ser permanentes. Yo no estoy de acuerdo con las ideas de mi colega, las cuales respeto. Creo que es una buena ocasión para reivindicar figuras de nuestra cultura e ir vestidos del Capitán Trueno (para una justicia en la que gane el bueno) y sus señorías podrían ir como el Juez Dredd, que para eso fue creado por un dibujante maño.”
Por último, hablamos con Juan Inurria, creador del “Inurria Style”, una línea de moda para el abogado de hoy: “No estoy de acuerdo con esta relajación de las costumbres indumentarias que proponen mis colegas, dicho sea con el debido respeto a la contraparte. El hábito hace al monje y la elegancia hace al letrado. Nadie tiene mejor planta que un abogado que luzca nuestra línea de camisas, tirantes y calcetines.”
En el momento de cerrar edición, no hemos podido recabar declaraciones desde la judicatura, aunque nos ha llegado el rumor de que Álvaro Pardo de Andrade, el célebre “juez poeta” podría cambiar la toga por un jersey cuello vuelto al estilo de Víctor Jara o un atuendo de bardo medieval.