La nueva ley de Bienestar Animal que prepara el Gobierno de Canarias, para sustituir a la actual legislación de 1991, pone el foco sobre las peleas de gallos, que quedarán prohibidas tras su aprobación. Para dar respuesta a las exigencias de los gallos, quienes habían trasladado a la Administración la necesidad de medidas específicas de reinserción y reciclaje profesional, el Ejecutivo canario se alía de nuevo con la familia Kiessling.
El nuevo «Gallo Parque» contará con todas las instalaciones que estos animales requieren de forma que puedan seguir con sus vidas lejos de la violencia. Antonio Nuño, experto gallista, recuerda que «estos gallos no saben hacer otra cosa que no sea inflarse a hostias porque los crían para eso; desprogramarles va a ser muy complicado, no tienen otro horizonte de futuro». Para que el cambio no sea traumático, Gallo Parque tendrá espacios adaptados, como la recreación de un bar para gallos, donde podrán buscar pelea, mientras un equipo de psicólogos trabaja con ellos para que aprendan a resolver sus conflictos sin violencia y a montar en patinetes y graciosas mini-bicicletas.
No todos los gallos están contentos con esta idea. Kiko Kiriko, un joven ejemplar procedente de una gallera en La Palma, señala que «yo quiero llevar una vida de vividor-follador en un corral, con gallinas y millo, no estar haciendo e imbécil para los turistas, es indignante».