La compra por parte del Cabildo de Tenerife de un edificio en la zona de Cabo Llanos (Santa Cruz), propiedad de Antonio Plasencia, ha indignado a sus majestades los Reyes Magos de Oriente. «Trabajamos duro para contentar a todos los que esperan nuestros regalos pero con cosas como ésta es imposible estar a la altura», declaró un indignado Baltasar que advirtió a Carlos Alonso de que estudian la posibilidad de una querella por competencia desleal.
El psicólogo Antonio Nuño, del Colegio Oficial de Psicólogos de Tenerife, advierte que «no es bueno hacer un regalo tan grande a un solo niño» ya que no aporta felicidad extra. «El cariño no se va a sustituir nunca con regalos. Y esto puede aplicase tanto a niños como a empresarios de la construcción», ha asegurado.
Desde el Gobierno de Canarias salen al paso de las críticas admitiendo que «aunque don Antonio se ha portado un poco mal jugando con la tierrita de Güímar y poniéndolo todo perdido, siempre ha sido un buen chico, dispuesto a compartir lo que tiene con sus amiguitos».