El nuevo presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort (CC), lleva varios días en la picota por su anunciada pretensión de elevar el sueldo que percibe en ese cargo de los 68.000 que cobraba su predecesora, Dolores Corujo, a más de 92.000 euros anuales, un estipendio que incluso supera a lo que ingresa Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España. Tras la lógica reacción indignada que esta medida ha suscitado, Betancort se ha visto en la obligación de desvelar que esta medida no es un acto de mera y sucia codicia, sino que tiene una intencionalidad mucho más profunda: influir estadísticamente en la media de los salarios en la Isla.
Fuentes del Gabinete de Presidencia aseguran que «el salario medio en Lanzarote no es para tirar cohetes, porque tenemos una altísima dependencia de un turismo cada vez menos rentable y menos lucrativo, y hay muchos lanzaroteños y lanzaroteñas que aún teniendo trabajo, no llegan a fin de mes sin que Cáritas les eche una mano; en este contexto, el generoso gesto de Oswaldo consigo mismo es también generosidad para los ciudadanos, porque eleva automáticamente la media de los salarios en Lanzarote». A esto añaden estas mismas fuentes que «hay que pensar que el gesto de Oswaldo no se reduce a él sólo, también hay sustanciosos incrementos para vicepresidentes y consejeros, y en las dietas, imagínese usted que hablamos de 350 euros extra por ir a un Pleno, que no deja de ser su obligación, claro, pero un incentivo no se le niega a nadie». «Y luego que todo está carísimo en Lanzarote, oiga, aquí no se puede vivir con dos duros», concluyen nuestros interlocutores.
Hace unos meses, como diputado autonómico, Betancort preguntaba al Gobierno de Canarias qué medidas había tomado para paliar el alza de los precios, asunto de vivo interés para el 18’4% de la población de Lanzarote, que según las estadísticas de 2018 ya estaba en situación de pobreza.