Margaret Thatcher fue una de las figuras más relevantes durante el último tercio del siglo pasado. Su tiempo como cabeza del Partido Conservador y su decenio como primera ministra en el Reino Unido la hicieron pasar a la historia con el apodo de la Dama de Hierro. Sin embargo, solamente en fechas recientes se ha sabido que su imagen de madre y esposa leal a su marido, al que definió como el hilo dorado que recorría su vida, distaba mucho de ser real.
En su libro The Incidental Feminist, la periodista Tina Gadouin revela que Thatcher habría tenido dos aventuras extraconyugales con hombres de su entorno político, apuntando a la posibilidad de que hubiera tenido más. Desde este medio hemos analizado algunos indicios contenidos en su obra y hemos descubierto en Canarias a uno de los amantes de quien fuera considerara la más poderosa de las mujeres de su tiempo.
Este enamorado de profesión periodista lleva más de cincuenta años residiendo en las islas y fue en el ejercicio de su profesión que conoció a la política británica. A cambio de mantener su identidad en el anonimato, comparte con nosotros sus recuerdos y reflexiones: “Maggie, como yo la llamaba, fue muchas cosas, pero sobre todo fue una constructora de ideas” -comienza- “nunca se conformaba con el argumento de la imposibilidad” -rememora con romántica nostalgia, evocando momentos de pasión, para luego sumergirse en recuerdos más tranquilos: “en ella coexistían dos mujeres absolutamente irreconciliables: una decidida a asumir los riesgos de gobernarlo todo al límite y otra que hubiera querido una vida tranquila a mi lado” -concluye, dejándonos con la intriga derivada de semejante revelación.
Nuestro anónimo interlocutor declinó darnos más datos, pues los reserva para su autobiografía “Memorias imposibles de un amante imaginario”.

