“Crisis es sinónimo de oportunidad” es una frase que llevamos escuchando desde hace varios años, y que se ha convertido en el mantra habitual para justificar todo tipo de iniciativas. La última está relacionada con una fiesta tan propia de la sociedad canaria como el carnaval y con la ciudad de Santa Cruz de Tenerife: la villa capitalina tendrá cuarenta días de “postcarnaval”.
Emplear las fortalezas sin agotar conceptos
Después de contactar con la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento chicharrero, éste nos remitió a Argimiro Fumero, estudioso del carnaval y miembro fundador de AMURCHI junto al murgólogo Tinguaro Corchea. Puestos al habla con el señor Fumero, éste se presentó como ideólogo del concepto de “postcarnaval”.
“Todo empezó hace unas semanas, cuando leía las crónicas de Humberto Gonar sobre lo que él daba en llamar el precarnaval. Esa palabra me intrigaba y, repasando concienzudamente sus artículos, llegué a la conclusión de que se refería a todo lo que, relacionado con el carnaval, tenía lugar antes de las carnestolendas propiamente dichas. Viendo su entusiasmo por todo lo que pasaba antes, me pregunté si no habría alguna forma de trasladar esas sinergias a las fechas posteriores y el resto, como suele decirse, vino rodado: brillante y ardiente como sardina en la hoguera surgió en mi mente el concepto de postcarnaval”.
En compañía de su colega el señor Corchea, don Argimiro se entrevistó con representantes de la Concejalía de Fiestas, que rápidamente quedaron cautivados por el incipiente proyecto: los cuarenta días posteriores al miércoles de ceniza se convertirían en el “postcarnaval”, un tiempo para seguir disfrutando de la máscara y el disfraz con nuevas y sugerentes actividades como las siguientes:
• Maratón de candidatas: una carrera por las calles santacruceras en la que las aspirantes a reina carnavalera que no alcanzaron ningún galardón volverán a lucir sus galas mientras intentan cubrir los cuarenta y dos quilómetros de la prueba.No se descarta que, en los años en los que haya superávit de candidatas, se hagan dos carreras, una de ellas en la modalidad destruction derby.
• Duelo de pitos: las murgas presentarán nuevas composiciones, las cuales habrán de versar sobre los fallos en los concursos que les atañen y responder a las invectivas provenientes desde las agrupaciones homólogas de la isla vecina. No se descarta en convertir este nuevo concurso en una fase previa que permita el acceso a una nueva edición de la Champion Murgas.
• Pasacalles de la medianoche: las rondallas de la isla amenizarán las noches de la ciudad chicharrera con sus composiciones, alegrando con sus coloridos disfraces la noche capitalina y ayudando a la ciudadanía a conciliar bien el sueño.
• Ruta del yantar en (post)carnestolendas: consciente de que una parte de la comunidad carnavalera gusta del buen comer, el señor Fumero ha preparado un recorrido por los manjares propios de estos días: sopas de miel, torrijas de leche, torrijas de vino, tortillas de carnaval y arepas de mechada.
• ¡Danzad, danzad, comparsas! Homenajeando al clásico cinematográfico dirigido por Sydney Pollack, el recinto ferial acogerá un maratón dancístico para determinar qué comparsero o comparsera está preparado de cuerpo y mente para vivir un carnaval extremo.
Fuentes oficiosas del Ayuntamiento de Santa Cruz indican que el consistorio está muy esperanzado con respecto a esta iniciativa. Confían en que por fin la villa se sacuda el sambenito de ciudad muermo y candidata a capital más aburrida de España. Por su parte, las asociaciones y colectivos vecinales de amantes del silencio manifestaron inicialmente una oposición frontal al proyecto, pero matizaron sensiblemente su postura en cuanto conocieron la inclusión en el mismo del pasacalles de la medianoche.
De todas las actividades propuestas para el postcarnaval, la que está más avanzada es la ruta del yantar, gracias a la colaboración de la gastrónoma Pam Bhufetta. Carnavalera asidua desde hace varios años, nos recibe en su oficina de campaña (sita en un conocido restaurante de la ciudad), ataviada con un logradísimo disfraz de balón de playa de propaganda de crema solar. “Siempre es un placer visitar las islas y participar en la difusión de la gastrocultura”, dice mientras da buena cuenta de una gigantesca tabla (casi tablón) de chacinas y quesos del país. “Todo evento tiene una vertiente relacionada con la comida, y los carnavales no son una excepción”, añade mientras ataca una fuente de boquerones en vinagre. “¿Qué es el carnaval, sino las fiestas de don Carnal, de la carne propiamente dicha?” sentencia con una pregunta retórica mientras se afana con un entrecot dorado en mantequilla. “En estos días nuestros ancestros se saciaban porque sabían que después vendrían el ayuno y la abstinencia de la cuaresma” termina mientras se lanza con una cuchara sopera a “romper el hielo” de un barreño de creme brulee.
En función del éxito de esta iniciativa, el señor Fumero tiene pensado plantearla en otros municipios tinerfeños, empezando por la vecina Laguna. Allí, comprendiendo las particularidades de la idiosincrasia del lagunero arquetípico, quiere proponer la “pre-Semana Santa” con el eslogan “hasta Pascua no te quites el chaleco”.