La decisión del alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, de poner al frente de la Comisión de Convivencia del Ayuntamiento al único concejal de la formación ultraderechista Vox, con liberación y un sueldo de 50.000 euros anuales, ha generado polémica en el seno de la Corporación. Sin embargo, el concejal ultra ya se ha puesto manos a la obra y ha entregado en Alcaldía un primer listado de «gente con la que no puede convivir», al que ha tenido acceso en exclusiva El Baifo Ilustrado, y del que extractamos algunas de las personas y colectivos enumerados:
– Rojos.
– Rojeras.
– Zurdos.
– Comunistas.
– Socialistas.
– Santiago Pérez.
– Tipos altos con rastas.
– Morenitos (sic).
– Librepensadores.
– Feministas.
– Mujeres que alguna vez han pensado en el feminismo.
– Antipatriotas.
– Patriotas flojitos.
– Gente de América del Sur, pueblos hermanos.
– Don Pepe, el vecino del 5º.
– Carmita la del puesto de frutas del Mercado que una vez me engañó con el precio de las papas.
– Laguneros sin chaleco.
– Catalina Lercaro.
– Los otros concejales del Grupo Mixto [pertenecen a Unidas Podemos y a Proyecto Drago].
– Los patos de la Catedral.
– ¿Cómo que ya no están en la Catedral? ¿Y dónde están?
– Los patos del parque de La Constitución.
– La Constitución.
– El Museo de la Ciencia.
– Elfidio Alonso.
– El alcalde que hay ahora.
El listado se prolonga durante 5 páginas; desde el Gabinete del alcalde agradecen el entusiasmo con el que el concejal ultra ha asumido la Comisión de Convivencia pero anuncian que tendrán una reunión con él para explicarle, de forma detallada, cuáles son sus funciones y competencias, echando mano, si es preciso, de bibliografía básica como «Teo ahora trabaja para el Ayuntamiento».
En otro orden de cosas, expertos en politología y gestión de la Administración pública aseguran que, de mantenerse este ritmo en la liberación de concejales y contratación de personal eventual, en 2046 cualquier persona que pase al menos 10 minutos en las inmediaciones del Ayuntamiento lagunero entrará a trabajar para el mismo, con la consiguiente merma a las arcas públicas.