Lleno de entusiasmo, el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Carlos Tarife (PP), ha iniciado una campaña de vigilancia que le llevará a observar diferentes contenedores de basura de la ciudad para cerciorarse de que ningún ciudadano/a arroja basuras o restos en lugares no autorizados, afeando su conducta a quienes lo hagan con, posiblemente, elegantes improperios. Los primeros días de esta innovadora acción están resultando difíciles para el animoso concejal, quien ha descubierto que uno de esos infractores es un militante de su propio partido.
Tarife reconoció ante los medios de comunicación que «yo daba por sentado, quizás erróneamente, que toda la gente que deja basura fuera del contenedor eran simpatizantes socialistas y, más en concreto, de Patricia Hernández; por ese motivo, no di crédito cuando vi a Gregorio bajar unas bolsas con escombros y unas butacas y dejarlas alrededor de los contenedores, llevando incluso puesta una camiseta de ‘Vota a Feijóo’, cuando existen los puntos limpios para este fin». El concejal chicharrero asegura que no se plantea dejar esta iniciativa pero reconoce sentirse «un poco decepcionado» porque no se esperaba este gesto «de una persona de bien y de orden».
Por su parte, Gregorio Benítez, el militante antedicho, aseguró que Tarife y él se conocieron durante la pasada campaña de las elecciones municipales, en las que prestó servicios ayudando a labores de logística como repartir propaganda y echar una mano en los mitines. «Estoy haciendo unos arreglillos en casa y realmente no estaba tirando nada en la calle, sólo los dejaba ahí hasta que mi cuñado me traiga la furgoneta para llevarlo todo al barranco», explica, sin entender el revuelo que ha causado su acción ni la honda pesadumbre que ha instalado en el corazón de Tarife.