A finales del pasado mes de enero, Casimiro Curbelo presentó en Tacoronte su proyecto de expansión de la Agrupación Socialista Gomera que se vio forzado a fundar cuando fue expulsado del PSOE tras el infausto episodio de la sauna en Madrid. Lo que en principio parecía un acto exitoso, ya que la cena de presentación de la Agrupación Socialista Tenerife congregó a más de 500 personas, terminó siendo una noche de divisiones, ya que según se ha sabido ahora, antes del postre el partido ya se había escindido en dos corrientes: la oficialista y la crítica.
Si bien Casimiro Curbelo no ha querido hacer declaraciones, ya que desde su gabinete alegan que está «buscando a los mejores candidatos para expandir el proyecto socialista en Tenerife», contactamos con Felicio Rodríguez, líder de la corriente crítica, quien nos asegura que «la división es tradición y seña de identidad del socialismo canario; muchos de nosotros somos rebotados del PSOE y otra cosa no aprendimos, pero dividirnos en corrientes se nos da de escándalo». Rodríguez añade que «durante la cena, y coincidiendo con la tercera botella de vino, comenzaron a extenderse rumores sobre posibles candidatos que podrían fichar por el partido, desde Ricardo Melchior hasta José Manuel Corrales, y como guardianes de la ortodoxia aún no establecida del todo por nuestro líder regional, Casimiro Curbelo, hemos creído conveniente organizarnos como corriente crítica para asaltar el poder orgánico». A esto responden desde los órganos del recién creado partido asegurando que «cuando el poder lo tiene Casimiro, es absurdo asaltarlo; pedimos a nuestros compañeros y compañeras que reconsideren su postura y vuelvan al oficialismo».
La Agrupación Socialista Tenerife anunció su intención de presentarse al Cabildo de la isla y al Gobierno de Canarias, y los politólogos y analistas ya prevén una batalla tan apasionante como al final intrascendente para acaparar los puestos de salida. Según fuentes anónimas, Curbelo ha asegurado que «por él bien todo, mientras no le toquen La Gomera».