En una investigación desarrollada en secreto y en exclusiva por parte de este medio, se ha conseguido revelar un proyecto del ejército estadounidense para incorporar a integrantes de las murgas a sus filas y, más concretamente, a las de su cuerpo de marines y ejerciendo la función de locutores de claves o codetalkers. Estos soldados desarrollaron una función crucial durante la Segunda Guerra Mundial encargándose de las comunicaciones y transmitiendo mensajes mediante códigos codificados en un idioma minoritario, como el navajo o el cheroqui. Ahora se pretende recuperar este cuerpo militar, cambiando a los nativos americanos por murgueros.
Nuestra fuente, un oficial norteamericano de la infantería de marina de origen gomero que ha querido permanecer en el anonimato, nos explica las premisas de esta idea: “La iniciativa nos vino de la mano de uno de los agentes de nuestro servicio de inteligencia, que se hace pasar por periodista especializado en un periódico de las islas. Su tapadera se basa en el seguimiento de las fiestas carnavaleras locales y, de hecho, nos envía sus informes a través de sus artículos. Al ojo desentrenado pueden parecer interminables crónicas llenas de datos inútiles o frases sin sentido, pero en realidad son reportes muy detallados sobre temas que atañen a la seguridad internacional. Fue él quien nos puso sobre la pista para valorar la idoneidad de esas agrupaciones que ustedes llaman murgas para nuestro proyecto.”
Nuestro interlocutor nos indica que, en un mundo globalizado y con la historia de los locutores inmortalizada a través del cine y la televisión, no tiene sentido echar mano de codetalkers amerindios. “Ahora cualquier puede aprender suomi neerlandés o arapahoe-hoe-hoe gracias a una app. La guerra de Ucrania nos ha demostrado que cualquiera puede estar escuchando las órdenes y la conectividad que nos dan las nuevas tecnologías es un arma de doble filo. Necesitamos a un colectivo que hable en un idioma que sea difícil de comprender, más allá del reducido grupo que lo utiliza con regularidad. Partiendo de esa premisa, las murgas son unas candidatas ideales.”
Según nuestra fuente, los marines estadounidenses estarían analizando grabaciones de murgas, fonográficas o audiovisuales, facilitadas por el agente encubierto indicado. “Está siendo una tarea muy ardua” -indicó- “pero si conseguimos traducir lo que dicen a un lenguaje comprensible y crear un código, seremos imbatibles en este campo” -concluyó.