Después de varias décadas sirviendo como imagen de la marca, hemos sabido que el mono de las etiquetas de Anís del Mono, se jubila.
Aunque poco se sabe de esta estrella del mundo animal, Pelusillo III, nombre real del primate, es la tercera generación de una saga de primates que por tradición han lucido impresos en las etiquetas de tan prestigiosa marca desde principios de del siglo XX.
Hijo del malogrado Pelusillo II, retirado prematuramente del mundo del espectáculo debido a su nada disimulada aversión por los alcoholes de alta graduación, Pelusillo II ha sabido mantener el buen nombre de la marca, paseando su figura y su botella por toda España.
Noble, tranquilo, fotogénico y amante de las fiestas, Pelusillo III sin embargo nunca destacó por sus dotes de conquistador.
Desde la empresa se le trató de emparejar, sin éxito, varias veces, e incluso corrió el rumor a mitad de los 80 de que la saga de los Pelusos, como se conoce a esta estirpe de simios, tendría continuidad gracias a la relación que mantenía en aquel entonces con una joven mona seleccionada entre varios cientos a través de un software pionero de emparejamiento que se diseñó en exclusiva para los potentes ordenadores ZX Spectrum que controlaban la maquinaria de la fábrica.
Tras la expectación generada, un escándalo del que poco se ha hablado y que fue rápidamente silenciado desde el gabinete de prensa, echó por tierra cualquier posibilidad de descendencia. Pelusillo III entró en un pequeño bache del que tardó varios años en recuperarse, pero del que salió airoso y dispuesto a mantenerse en primera línea en las estanterías de bares y cafeterías del país, hasta hoy.
El nieto de Pelusillo I -cuyos restos fueron incinerados y ardieron durante varios días debido a la gran concentración de alcohol que acumulaba durante décadas de fidelidad a la destilería de anís- ha recibido la carta de la empresa en la que se le agradecen los servicios prestados y se le invita a disfrutar de un merecido descanso en el Museo de la Fama del Anís, una residencia-museo situada en la frontera con Francia, en plena naturaleza, y en el que le aguarda su progenitor, que vive allí entregado a la meditación desde que fuera relevado de su cargo.
La falta de descendencia y una nueva política comercial que lucha por cambiar la imagen de la marca, pondrán punto y final a toda una vida dedicada a proporcionar resacas de consideración y expedir certificación de estudios, equivalentes al graduado escolar, a incontables protagonistas de chistes e historias de grandes humoristas como Chiquito de la Calzada.
El sustituto de Pelusillo III, según ha podido saber la redacción de El Baifo Ilustrado, será una mascota inspirada en los gustos actuales del mercado, una imagen moderna para los tiempos que corren y que se llamará Kogorzio.
Una imagen mucho más agresiva, Kogorzio podrá introducir el Anís en las Moñas del Botellón así como sus contundentes, inconfundibles e inolvidables resacones; que desgraciadamente se estaban comenzando a perder junto con los de otros alcholes patrios como el Güisqui Dragados Y Construcciones, el Coñá Soberano y similares.
Peazo resacas daban, estos niñatos que beben Johnny Walker con Cocacola no saben lo que se han perdido…