En fechas recientes ha salido a la venta el ensayo “El pureta facha graciosete: un habitante de las radios locales en Canarias” de la periodista Candelaria Fragoso. En esta obra, la autora hace un análisis de la programación radiofónica insular para alcanzar una sorprendente conclusión: sus tertulias son el refugio de políticos retirados de corte eminentemente conservador.
En una entrevista concedida por la señora Fragoso ésta nos explica algunas de las conclusiones de su trabajo: “La radio canaria siempre ha sido para mí una fuente inagotable de temas de estudio. Desde su proliferación sin orden, concierto o control hasta el hecho de que buena parte de sus trabajadores no solamente no cobren por su labor, sino que, además, tienen que pagar por hacerlo trayendo publicidad. Todo eso sin contar la calidad intrínseca de la programación que se consigue así. Cualquier análisis medianamente serio daría para llenar una enciclopedia, así que me centré en el punto fuerte de sus parrillas: las tertulias”.
En palabras de doña Candelaria, las tertulias constituyen la práctica totalidad de la programación radiofónica local. “Un par de micrófonos y tres personas con ganas de hablar y ya hay programa. Se le pone un nombre pretendidamente canario y ya hay una o más horas cubiertas. No se precisa que quienes participen tengan los más mínimos conocimientos sobre nada. Es más, se considera un hándicap o una debilidad, más que una fortaleza el hecho de saber algo sobre el tema objeto de discusión en la tertulia de turno. Hay una cierta armonía gañana en esa premisa.”
Inquirida en torno a la razón del título de su libro, la autora contesta indicando que, en su opinión, la mayor parte de las tertulias tienen una composición que podríamos denominar como de edad elevada, por no decir provecta. Sus miembros son, por lo general, hombres jubilados hace mucho tiempo que tuvieron algún cargo o vínculo con formaciones como el Partido Popular o Coalición Canaria. Se pasan la vida soltando exabruptos sobre lo mal que está todo y, aunque por lo común disimulan bien, tienen mucha nostalgia por el franquismo. Cuando intentan hacer alguna gracia demuestran que su talento para el humor es equivalente a su habilidad como comunicadores. Su mantra es considerar que todo lo que se hace en la actualidad no tiene valor, que la juventud necesita una buena mili o un buen sacho y que cada institución debería contar con su preceptivo asesoramiento. “Llevamos años diciendo…” -dice la periodista- “es su frase recurrente, para luego empezar a pisarse, a gritar y a darle golpes al micrófono. Con decirle que no se cortan ni para contestar al móvil.”
La señora Fragoso ha anunciado una segunda parte de su obra, centrada en Radio San Borondón, que llevará por título “Contra Franco hasta la subvención final”.