El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el que señalaba a la carne roja y la carne procesada como cancerígenas ha tenido consecuencias también en el sector de la restauración agrícola de Canarias. En concreto, la Federación de Guachinches de Tenerife, en una junta de urgencia celebrada anoche, ha acordado enviar a la OMS una advertencia por escrito para que se abstenga de investigar los populares «vinos de mi cosecha» que se suelen servir y vender en estos locales. De igual forma, se ha designado un comité que viajará hasta Ginebra para incendiar la sede de la organización, «a modo de protesta por el daño que el informe está haciendo al sector».
Clemente Marrero, presidente de la Federación, explica que «el vino de mi cosecha es una tradición arraigada fruto de un largo esfuerzo del viticultor, con una fórmula secreta como la de la Coca Cola, que pasa de familia en familia y que explica que no haya dos vinos de mi cosecha iguales». Por este motivo, «y en ningún caso por cuestiones de salubridad o salud», Marrero cree que «hay que pararle las patas a la organización de la salud para que no meta el hocico en estas cosas nuestras».
Con respecto al informe de la carne roja, Marrero reconoce que hay intranquilidad en el sector aunque él considera que «nuestro cliente es un cliente fiel, que disfruta de un buen plato de carne y que no va a estar dejándose meter miedo por estudios como ése; además, contamos con el apoyo de diversas productoras de bicarbonato y sal de frutas, y como todo el mundo sabe el bicarbonato cura el cáncer, que eso lo vio mi cuñada en su Facebook y hasta lo compartió y todo».
La junta se prolongó hasta pasada la medianoche dadas las discrepancias sobre el color de la carne de cabra, que finalmente fue consensuada como «color Asunción».